Persépolis

Persépolis fue una de las capitales del Imperio Persa durante la época aqueménida. Reconocida como la ciudad más poderosa, lujosa y rica. Construida por Darío sobre una terraza artificial de veinte metros de altura, su diseño fue intencionado para glorificar la grandeza de los reyes persas. Su construcción no se llevó a cabo con mano de obra esclava, sino que trabajaron en ella obreros provenientes de todos los países del imperio: Babilonia, Caria, Jonia, o Egipto. 

Estructura 

· Dos salones de audiencias 

· Un salón para el tesoro real 

· Un palacio para el harem real y para el Rey 

· Salones para la guardia real 

· Con escaleras que conectaban a las distintas dependencias. 

· Habitaciones 

· Jardines 

· Red hidráulica 

· Sepulturas reales 

Los barrios de los nobles están en un nivel superior. Los barrios reservados al servicio y a la administración están situados en el nivel más bajo. Los barrios reales están en nivel más alto, visibles por todos. 

Ruinas de Persépolis

Arquitectura. 

Dotada de construcciones monumentales, la arquitectura persa es utilitaria, ritual y emblemática, las columnas de persépolis poseían unos fustes acanalados y delgados. el despeje de vastos espacios por medio de altas y finas columnas constituye una revolución arquitectónica propia de Persia. Las salas hipóstilas están destinadas a las multitudes y no sólo a los sacerdotes. 

Destrucción. 

En el 330 a.c. el joven rey griego, Alejandro Magno, venció a los persas, destruyendo la majestuosa capital Persépolis. Una vez encontrado el tesoro real persa y puesto bajo tutela, Alejandro liberó a sus tropas para el saqueo de la odiada capital persa, la ciudad fue completamente saqueada por las fuerzas griegas.

Se pretendía efectuar una venganza por la invasión y usurpación de las tierras y templos griegos. En especial el incendio y destrucción de Atenas acaecido durante las Guerras Medicas al mando de Mardonio bajo el reinado de Jerjes I. Alejandro incendio la capital persa en un acto de venganza previamente calculado y deliberadamente ejecutado. A pesar de que la ciudad de Persépolis poseía un sistema de provisión y drenaje de agua, no era útil para poder controlar el incendio, provocando la perdición de la ciudad en breve tiempo. De ésta forma, Alejandro provocó más daño del que inicialmente pretendía hacer.